Genesis Castillo, investigadora del proyecto RECLAMA de Quinindé escribe sobre la importancia de la celebración de San Martin de Porres en Esmeraldas:
Al norte de la provincia de Esmeraldas, especÃficamente en Limones, la cabecera cantonal de Eloy Alfaro, se da inicio a la festividad de San MartÃn de Porres, un fraile nacido en el virreinato del Perú de la orden de los dominicos, quien, por su labor y amor a Dios, fue declarado santo.
Este año se celebra el quincuagésimo aniversario de la festividad de San MartÃn en esta localidad. Acompañados de manifestaciones culturales de la población afrodescendiente, se llevan a cabo las fiestas patronales del "negrito humilde" o San Martincito, como se le conoce en la provincia de Esmeraldas.
Personas de diversas localidades se trasladan para formar parte de esta festividad y disfrutar de la agenda cultural que Limones ofrece a los visitantes en esta fecha especial, que coincide con el feriado de Fieles Difuntos. El desplazamiento y la degustación de los platos tÃpicos esmeraldeños hacen que la experiencia sea única, como realizar un recorrido de aproximadamente 3 horas desde Quinindé hasta Limones para asistir a este acto de santidad en honor a San MartÃn de Porres.
La actividad del 3 de noviembre inicia con la procesión por las calles de la isla Limones, donde los nativos y visitantes se reúnen para acompañar con arrullos mientras se desplazan hasta el muelle. AllÃ, embarcan en una gran barcaza que se desplaza por las hermosas aguas para arribar con los fieles creyentes hasta la isla Canchimalero, donde se reúnen varias embarcaciones de las comunidades aledañas para formar una sola procesión que culmina con la misa católica impartida por el párroco y el obispo de la provincia.
Me dirigà a este sector acompañada de mi familia, quienes, por parte de mi madre, hemos adoptado la creencia de venerar a San MartÃn de Porres. Llegar a esta isla es sentir paz, armonÃa y reconciliación, ya que la brisa del estero, rodeada de imponentes manglares, se observa durante el recorrido en lancha y te llena de calma. Conectarse con la naturaleza te brinda esa tranquilidad que estabiliza tus sentidos por varios minutos. La armonÃa se manifiesta al escuchar los instrumentos, como el bombo, cununo, maracas y wasá, que junto a los arrullos, forman parte de las tradiciones y saberes del pueblo afrodescendiente. Me llena de armonÃa sentirme identificada y ser parte de esta etnia y su tradición. El momento de espiritualidad y encuentro, mediante las enseñanzas y consejos que San MartÃn con su ejemplo de vida ha dejado, me hace sentir reconciliada con mi cuerpo, mente y espÃritu.
Llegar a Canchimalero por San MartÃn es un acto de devoción y respeto por parte de quienes creemos en este santo y en cómo ha influido en nuestras vidas como ejemplo de humildad y amor a Dios. No se trata solo de llegar y estar ahÃ, sino de aprender a través de las lecturas bÃblicas las vivencias y enseñanzas que Jesús nos legó y que se reflejan a través de San MartÃn.
En este dÃa tuve la oportunidad de conversar con el Padre Javier, quien mencionó que: "los jóvenes están llamados a la sencillez desde su realidad de jóvenes, con alegrÃa, entusiasmo y ganas de soñar y construir un mundo mejor". Este relato muestra que podemos seguir los pasos de San MartÃn y estar presentes en el evangelio con nuestra alegrÃa, sin ser diferentes, y animar a más personas a formar parte de una iglesia alegre.
Además, dialogué con Sabina Quiñonez, una cantora nacida en Canchimalero, quien ha participado en esta tradición toda su vida. La voz de Sabina se escuchaba entonando el arrullo "de MedellÃn MartÃn ha llegado y trajo palomas arrulladoras". Y es de esta forma como varios cantores expresan su cariño hacia MartÃn.
San MartÃn fue un ejemplo de perseverancia, ya que, a pesar de las injusticias que vivió, lo que más le importaba era su amor a Dios, su humildad y su ayuda al prójimo. En sus relatos, nos insta a mirar las necesidades de los demás antes que las nuestras. Como joven afrodescendiente y católica, me siento feliz de haber llegado a Canchimalero y de haber sentido una conexión con Dios y mis ancestros. Mediante la fe, siento el compromiso de mejorar y seguir el ejemplo de MartÃn, imitando sus virtudes, incluyendo el amor a Dios y al prójimo.